Aún queda por
llegar ese día,
en el que se
estanque el sol en un rincón del dibujo
y que la luna me espere en el reflejo
del mar.
El buen día
será la tarde y con nuestros ojos
llevaremos el
café y el cigarro,
las
conversaciones sobre ruidos y grietas
a un cabaret o
una plaza mayor.
Quiero decirte
que tienes razón,
que la tienes
y que por fin
paremos de
bailar sin tocarnos,
que ya era
hora que viniese a sentarme contigo,
aunque no
estés cuando te llame
Quiero reírme
en sobremesas españolas contigo
y disfrutar
del oro de pimientos en vinagre
toquetear el
ruido de los pasos, todos los pasos
que están al
llegar, a movernos
Pero aún te
temo como un monstruo bajo la cama
aún me escondo
debajo de la manta abrazando almohadas
y asomándome
por la ventana, esperando a que no venga nadie.
Aún me miro
las manos como si fueran farolas de un coche
y eso, eso me
hace escribirte.