mardi 16 décembre 2014

Que aproveche y por el culo lo eche
 berberecho sin cabeza,
 tu que me proporcionas
tan gran consecuencia
de la meta-furia soleada,
canta en mí un ron en inglés

Ingle proporcional a tú
talla pupilar. Como,
por deshonra de malevolencia
 conseguiría entender el son
vaivenoso de un beso multiplicado al allegato

Gato, reverspectivo amigo
que ni me va ni me viene
yo solo te concibo en letras
negras mientras bebo un café
 blanco y miro una foto.
Mas de ladrido y menos de maullidos

Idos, idos
estamos, fantasmas
fantasmagóricos
Del coño a la tumba
siempre me importará más
el rabillo de la a
que el mero hecho que
sea el fonema, por donde
tu nombre sale,
 aunque cierto es
que me sabe a algodón
con sabor a nube de fresa,
cuando al escucharló, me calló

Yo en ti no olvido. Sosbe.

dimanche 7 décembre 2014

XLXIX


Y un día,
 me besó
  y recordé la luz

Que el dolor
es fruto de la gravedad,
ayuda a sobre vivir,
pero no es vivir

Que existen
demonios y dioses
tanto y como
animales y hambre

El mensaje es tan borroso
como el lector que siente
lo que no oyes ni ves

Pero ahí dentro,
fuera de la caverna,
de los escritorios
y las cervezas

Late algo,
por lo que uno aferra
y combate y en-vejece
y eso,
eso es                                                                                                     ø

vendredi 5 décembre 2014

Sonsoles y sonrisas



Y ya hace una semana, te pesa el cuerpo y la mente se te va demasiado a otros lugares como si no estuvieses y
vas, abres la puerta y te vas, empiezan a correr las calles, los coches, las hojas que caen, el viento ya va siendo una cuchilla, y “que la gente ya esta empezando a tocarme los huevos” y tanteas un ritmo en cuatro tiempos, dos simples y dos inesperados, azúcar para las orejas, de una voz que te es familiar, un respiro y sigo. Y es una queja como todas, no es más que un sentimiento aseado y vestido como quién, precavido y correcto, no sale desnudo por la noche. Te dices que solo es una costumbre como las duchas de la mañana para quitarte el sueño de encima, el del mundo paralelo y el que te deja los ojos cerrados, ya te acostumbras y cuentas de un enfado, que ella no quiere ceder a la idea de una grandeza de amor/humor. Y aún así te ríes, no porque sabes que tiene gracia, sino porque la risa va después de un son, son que te lleva allá donde sea que tengas un mal día y no puedas más, seas borde y no te des cuenta, como de mucho en cuando últimamente o que sea un día soleado de estos que te gusta enseñar los dientes y hacer la croqueta por pendientes. No son ellos, eres tú y no las palabras, porque lo sabes, ellas no hacen más que cantar cuando las dices y pintar cuando las escribes, son los significados, los que no entiendes y que se ven definidos donde no tocas, donde no haces pie en ese techo que ves, que escuchas hablar de un dolor que te es ajeno, que no te pesa por que expresa que más que un canto a una sirena para que le seduzca de su veneno y le embadurne en un sueño fuera de aquí. 

Y luego ¿qué buen camino? ¿dónde está la flecha? sino que te estrecha en no saber medir un equilibrio que no es, no se entiende, no pue de, solo fuera allí, en ese sueño de sirenas con sabor a ron y a versos de sierras, de una lluvia que te cala hasta los huesos mientras que aguantas un paraguas y una dama que besar aunque la barriga te toque un dolor, mientras que corres hacia ella y de un susto la cojas y la beses y le susurres ocho letras de oro. Ahí las palabras y ningún significado porque no puedes irte, joder, no quieres irte, porque eres tan tonto, tan tonto como el que siempre está de acuerdo y como el que está de acuerdo con nunca estarlo, tan poco cuerdo. Y ellos, tan pasiblemente siendo ellos, lejanos en todo lo que no te toca pues no te pesa como el cuerpo que te cansa y te pide sueños y dulzuras. Culpabilizas de no ser ellos pues eliges, rechazas y sientes de ser elegido y haber sido rechazado y te encierras en esa bucle que es una corriente, ese son que te lleva a sonrisas, Sonsoles y sontristes. Y te decides a no entender, pues no alcanzas. Solo que, alivio más esperanzador que los relojes que se rompen y las mujeres que se ponen a tu lado, estás tu y no me dejas solo en mis rebeldías, amigo, como el eufemismo de todo lo que te digo.

lundi 1 décembre 2014

XLXVII


Dulce, dulce…
¡Ô mi capitán! ya era hora que las ratonas se indignen contra el queso, mal(a)vado quise -¿quise?-, que siempre iba acompañado de una guillotina de monarcas, una trampa asesina, solo los menos queridos por la muerte salieron comidos de la traición quesuda, audasosos. Oh mi conserje, que tiempos que corren, no hay palabra que valga más que otra, toda desnudada, toda vendida y desusada por un exceso de palabrería de dandis, niños caprichosos y mujeres abandonadas. Ni las metáforas nos quedan para hacer un truco de carta, ya de espejos hasta en la uña, no será de aludir ato do y ana da que parece que la vida tiene ojos por todas par te. Cual será la botella, ho corazón mío, de la cual agarrarme, cual ho, que me será mi verdad hasta que vidrio no quede en el liquido ¡quién raspará de poco a poco mis venas hasta sentirme joven o traves! Serás tú ho innombrable silencio, que por tu esencia sangran un poco más las lagrimas del poeta en su más consagrada tontería, de creer en el verso más que en el beso. Dulce, dulce secuencia armoniosa,
la de decir todo por solo teatralizar, aunque siempre la pregunta de saber,
otro dulce placer
¿Cuál vidrio y cuál liquido?


Se la fina capa de agua
que tras la lluvia es iluminada
por el sol y del suelo abandona
todo por lo que uno no merece vivir

Se el frío, que viajero y moteros
conocen por la maleza de la ruta
sin cual el avance no tendría dirección
y el pararse carecería de sensación

Como la profunda sensación que es
sentirse fluido/fluirse

Se la mancha del café, contenta
y satisfecha de haber sido planta
alguna vez, que cuando nadie mira
ni observa sonríe a la fina capa
por ser el principio de un final


Árboles, cielos y moscas,
del silencio atrapado al vacío
de un paseo por el bosque, 
de entre dos os una jota
absorbiendo el cuadro
ya pintado

de árboles, cielos y moscas
de un silencio atrapado al vacío
de un paseo por el bosque
de dos ojos absorbiendo.

y luego no dejes que fue
por un porque-duele
que se alzaron voces
y apagaron luces,

solo por una colisión
entre dos os
de un paseo
absorbido por un cuadro


                 Y
que cada día
  sea navidad
no por los regalos
   ni el árbol,
         ni por la cena
   ni los villancicos
ni siquiera por los roscos
                           sino porque tan solo
en un día la felicidad
   de otro es la felicidad de uno
y todo entre abrazo
                          entre sonrisas
             se comparte en su día


Mírale, si ce n'est pas beau, a cada miguita de esfuerzo está éste, otorgándose el placer de hacerse la flor del campo el tiempo de un momento, mientras que nosotros trabajando como negros, si es lo que somos y él gritando cuando pueda para expresar lo duro que es vivir. Pero más mono no puede ser éste querubín que aún ni ha escapado del nicho de su madre, si está ahí, poniendo cielos de colores en su fondo de pantalla como para mostrarse que cree en la vie en rose, "como para mostrarse que". Como para mostrarse, porque aún no se ha visto y aún le cuesta verse vivir en este mundo demasiado afilado para él, ahí nada es tan cómodo como soñar tirado en una cama como la suya, cinco cojines para que ni al cuello le salga arrugas. Y te saca filosofía y te saca poesía porque estaba en venta en el súper de al lado el día que se propuso que iba a querer algo y este día dijo que sería feliz que nada le echaría abajo porque ya se le echose abajo un día y oh, una vez ya basta. Ahora cada vez que llora, cada vez que piensa que todo va mal, solo saca su lista y lee las frases por las cuales puede acostarse un día más postrado en el sofá, mirando héroes que nunca jamás se convertirán en él por la mera razón que ellos no existen, cuando a él le toca existir.
La vida en knockouts y se piensa que así vivirá, o los escribe o los vive pero nada excluirá la razón por la que apila ahora mismo las palabras a tono de terapia, tratando de olvidar, tratando de rezagar, inundar y emboscarse en un mundo que no le pertenece, una vez más, pensando que ha quemado el otro con un cigarrillo. Inocente de él cuando se encienda otro y añore el anterior.

Y si dejo eso así quizá me creeré que e(x)scrito.

- Carlos, metáfora psicológica para designar de quién, por hablarse de él, existe siendo tan solo ser fruto de la imaginación.


Tres tristes trototritos se trenzaron una tersa para decirte hola.
Tropezaron tropezaron por los valles de agua dulce pues l'agua
 con azucar no contiene nada mar
y entonces los trenes diez fueron a por sol
en un valle dulzura donde l'asucar fuera sal.

Los tienen contados como nichos de problemas
los mozos que por ellos la piedra se haría oro,
pero loin de lá se quedaran,
pues los tritos saben que bien a veces veces
 la belesa solo se juega, con ojos lejos d'el sol'o.

Mi-ser-icordia


Sería un tan sumo placer,
os lo aseguro,
que de gratificarme por ser,
ser consciente de una
una conciencia 
que exhuma
recuerdos y sensaciones
de que todo fue junto
y ahora nada está
apilado
sobre el balcón
por donde la gente pasa
como si fuesen pájaros 
mensajeros de un beso 
y un adiós.

Pero luego 
vuelve,
recuerdo
o la vuelta
se da de nuevo
entonces otra vez 
un beso
labios 
gente que pasa,
apilada sobre el balcón


No es un cuento
lo que hay que escribir,
para exprimir vida en un papel.

No son lágrimas
las que harán el día
y su gente valores de existir

No es un te quiero
que redimirá tus ojos
de reflejarse en los míos

Ay, adjetivos.


Me tocas, te huelo, te saboreo
Permaneces en tu baile rumboso,
como cada noche, en el mismo local,
la misma música, el mismo brebaje

En tu telaraña nos tienes todos,
mirandote pasar, creyendote verte,
ser quien creemos que eres, ese vestido
esa sonrisa, ese silencio.

Incendiados nos tienes, fantasma
de todas-noches. Eres ideas, poemas
y formulas que suman letras para darte
nombres y canciones

Aún ni por besos, ni por caricias,
se olvidará que eres parte del ojo.
- Tú, mi, realidad 

Negrosis



Me gusta escribir con bolígrafo negro, de un negro sa(n)grado. Me gusta que sean grises al principio y que por las arrugas y las horas pasadas juntos a dibujar palabras, los dos cambiemos. Negro como las pupilas, pulmones de un fumante, las viudas, los goticos y no como la noche, no, la noche es multicolor como un regard. Dicen de él  inútilmente que es oscuro y triste, pero como el Beau Soir, cielo de Bruselas y la seca seriedad de una Ana ante un duro despertar, todos aguardan belleza, belleza producto sonrisa, belleza equipara linterna, auditorio encendido por discurso fúnebre, sin posible derogación admisible. El azul como tinta nunca me ha apasionado, como cielo me ha transportado y como ojos siempre me ha endoctrinado. El verde de una hoja, rojo de una rosa, castaño de un mechón y blanco tierno plantado en tiel– ya me seduces demasiado ¡Agresivo marrón! Las trompetas y el piano se han anticipado al botón play, la folie à deux en mi caféza mientras cumplo mi dulce pecado, mi adictiva turpitudinem pues ya sabes lo que dicen los órganos.. “Nemo auditur cuando el vicio aguanta el negro bolígrafo”. Mañana será un largo día, poca nube me comerá y ningún aliterapeutico me dará atranches de astroponcondrosís, bueno sí, el fulgor de las jurisputas y las zorrileyes. “Nullem crimen sine poena” y me desvío y me desvanezco, me equivoco y me tuerzo un cuerdo y la a non, la c. 


La tormenta ha empezado,
los pájaros se cansan de cantar
y el fuego se levanta a grandes fieras
sobre arboles de un bosque eterno

Torbellinos perdidos sin camino
sin valores, que cambian de acera
por la hora, hora de no saber si es hoy
un vida propicia

Lo que no hay nunca es propicio para sentirse
a gusto consigo mismo

Los perros se van, se acerca una guerra,
las arcas se construyen, se reservan lagrimas,
el hombre se esconde y salen las palabras
que dicen de él y de su lujuria

Y si acaso tiembla, el café seguirá siendo,
sereno e inevitable café hasta que el viento
esfume.

Rondaba por una de las mesas del parque un bocadillo medio empezado. Llevaba interminables segundos ahí, esperando a convertirse en migas, casi puré y sobre todo abandonar ese maldito papel de aluminio que desde que se conocieron ese día en la cocina, nunca se abandonaron. Pobre bocadillo, a medio desintegrarse y abandonado a su pérdida. Bueno, también habrá abandonado a un pobre consumidor de bocadillos en parques con la barriga medio saciada. Seguro que andará por la vida arrepintiéndose de no habérselo comido, la saciedad le comerá lo que al bocadillo no le ha comido y sufrirá y lloverá como llueven los días en los que los ojos están cansados de mirar y no habrá viento porque ni él quiere pegarle y habrá hasta oxigeno porque sus propios órganos le odian demasiado para dejarle morir para que se recomponga en una piedra o un gato sin respeto, los huesos se pondrán frágiles en tono de manifestación legitima y transcendental contra un hombre sin corazón y la cabeza empezará a bailar la macarena como lo bailan las cuarentonas borrachas al final de la noche cuando quiera irse al parque o hacerse de comer, y ya no habrá finales felices para él no, ya no habrá ni finales para ese idiota de tercera división que por deshonor ha dejado en una mesa, terreno de agonía y olvido, dos tristes y simples rodajas de pan, una maldita loncha de jamón y por si fuese poco una fina loncha de queso bree y mayonesa, y aunque sea de un mal gusto debatible, el sándwich y todos sus elementos estaban sedientos de vivir el ciclo del alimento: comido, digerido y luego expulsado hacia nuevos horizontes donde quizás un día sea él un come-bocadillos. Y es que ni es cuestión del mal gusto por su composición, no, eso a un bocadillo poco le da, pues no se llama así por ser asá, no, es más esa percha, esa esperanza, esa llama vivaz como el mayor de los incendios aunque imaginaria, pero aún así vivaz que implícita el fulgor por la existencia a niveles que pocos humanos han podido experimentar. Sobre todo cuando es cuestión de que al fin el móvil se recargue para decirle al menganito que esta noche "será la noche de sus vidas" o cuando fulanita vuelve con una sonrisa pintada en la boca porque se ha comprado la nevera "que siempre quiso tener" y más aún cuando Juan, si Juan, va hablarle a Elena, si Elena, por la primera vez, tras dos años cinco meses tres días cuatro horas cinco minutos dos segundos y dos paquete de cigarrillos desde el minuto, no, el jodida día en el que la vio por la primera vez entrar en su clase y preguntar si podía pedir prestada un poco de tiza para Doña Moreno y que desde entonces "todas las mujeres son meros objetos de comparación a Elena" y "todas las pajas y todas las magdalenas, porros, copas, excta, sol, playa, noche, estrellas, luna, campo, animal, amor de tus padres, admiración de tus amigos, poemas, Iliadas y Odiseas, nada, estrictamente nada superara el día en el que oirá su nombre salir de la boca de Elena". Si, así es de transcendental, imperativo y casi, por qué no decir universal, que este bocadillo avance en la vida, y solo la punta, el dedo de quizás poder progresar en ese coche medio roto llamado vida, era razón para levantar los ánimos de cuarenta vía lácteas y media. Pero hoy no era el día, al menos, no era el segundo. Gran y enormísima tragedia alimenticia la que presencian nuestras almas saciadas de tantos bocadillos... Grande y enormísima, si, hasta que pasó un perro y se lo comió. Y el bocadillo estuvo en paz, pegado al papel de alba si, pero en paz