dimanche 19 avril 2015

Cantar de un pinche goloso


Atento,
dicen que los mitos más tristes
son los que cuentan las damas
al hablar del futuro
y los hombres al no hablar del pasado

Nunca deploréis
ô árboles silvestres de sinfonía deliciosa
la dulce miel que gotea de la sonrisa
quien no sabe por donde pillar las palabras
quizás aún esté con suerte de ser cogido
atrapado por una mirada

- Mírale picha, mira como mueve la cola
ese infinito detalle
que puede soltarte del vino y de las heses
o esa clasica miseria, la de ignorarse los dedos
y quedarse parado por una espera más que por una tarde
con el recuerdo de la miel, algún día olvidado
algún día probado. Esa tajante
voluptuosidad de la vista, jamás prevista

mardi 14 avril 2015

“On no hi ha, no hi cerquis” (donde no hay, no busques)


Las cortinas están ajustadamente cubriendo el exterior. Harán creo que catorce días que vuelvo de la caminata del Puig de Randa y aún sigo padeciendo de dolores de estomago y no duermo bien. Son noches ásperas las que tengo pues me despierto a media noche, después de haberme cruzado en mis sueños con mujeres que me ignoran y que se ignoran, mujeres con bocas de cucaracha que no quieren besarme y mujeres con un cuerpo de quita y pon que no tiene cara pero si bragas negras. Sigo sin haber visto una sonrisa pintarse en mi cara mientras me encuentro observando belleza, sigo sin sacarle provecho a la comida que me llevo a la boca, mi cuerpo sigue teniendo hambre, sigue mi ánimo sin energías. Ayer a las 2 de la tarde estaba sobre el banco delante del trabajo con un fatídico cigarro (ya no somos amigos desde los diecinueve) después de leer el periódico y antes de haber quedado para comer con Mathieu, el que trabaja en el servicio de prensa. Se acabó el cigarro y sentí como si el día ya hubiese acabado conmigo. Miré por ahí, por allá, la cabeza pensó en todo, lo que había que hacer y lo que ya estaba “olvidado” y escapé a casa a dormir y cocinar una crema de verdura con briznas de huevo duro  y sepia con pimentón. Acabé solo con la mitad de la sepia, sin crema, sin dormir y sin huevo duro, pasando mis ojos por los rincones de los periódicos que tenía rodando por mi habitación, los anuncios y los muertos. Así hasta las 3 de la mañana. A priori todo fue bien durante la caminata, acababa de comer con Nico y Julia en la Vinagrera y fui con la curiosidad de visitar el tan conocido santuario de Cura que estaba en lo alto de un monte, donde vivió Ramón Llul, un filosofo mallorquín del siglo XIII que conceptualizó el Arte, un método infalible para la conversión de los infieles basada sobre principios generales como la existencia de un Dios eterno y la del mundo físico. La caminata era larga pero bonita, cuando llegué arriba unas vistas preciosas presentando desde lo alto del pico de Randa, la isla mallorquina, que podría valerse por sí misma frente al mar. Dentro del santuario había una estatua de Llul, junto a un poema de algún admirador:
Sed orgullosos mallorquines, de tan gran alma que pasó por aquí”.
Un nombre mallorquín del siglo XIII como podría haber sido uno de los de hoy en día, ocho siglos después. “¿Y qué, tú te pensabas que las cosas cambiaban de verdad con el paso del tiempo? ja!” dijo un gato que pasaba por ahí. Y es a partir de ahí que empezó a pensar mi cabeza que podría haber sido un gato mallorquín.

mercredi 8 avril 2015


Y qué podrían decirte mis ojos al respecto de mi bondad. Pero esa no es una pregunta que Ramón sabe contestar, al menos no con palabras fijas, pues no hay ninguna formula ni ningún teorema matemático listo a demostrar las capacidades personales como también los complejos mentales que uno puede llegar a tener por la circunferencia del lóbulo, de la talla de la pupila, del color de los ojos o de los garabatos rojos que se pintan en sus extremidades. Recuerda que tampoco se sabe decir gran cosa de si tiene alguna incidencia lo de que las pestañas estén grande abiertas o cerradas. Eso dicho, no des por descontado que hay ciertos elementos que se descubren gracias a los ojos: De primeras, si duermes bien, pues unos ojos rojos no indican nada bueno, luego la talla de las pupilas cambian si estás delante de alguien que te gusta física y mentalmente – también he oído decir que a las mujeres se les ponen los labios más rojos, (carcajadas). No sin olvidar que al tomar drogas el primer índice son los ojos – menos con el alcohol, la única droga que afecta al resto del cuerpo menos al ojo, o será que nunca he visto a un borracho sobrio.. o a un sobrio borracho. Luego, vi una vez por la tele que al tener deficiencia renal tus ojos se ponen amarillos. Ah claro yo también veía Doctor House, que te crees (se ríen). Pero que sí, no queda duda que le queda mucho por descubrir a la ciencia en cuanto a lo que se refiere a los ojos, por qué se suponen que son los tan susodichos espejos del alma y aún no se ha dicho nada al respecto en los libros de química, de biología o de física. Es que ni hasta Freud, te das cuenta, el que habló de la sexualidad como un elemento importante de la personalidad del hombre pero ni se adentró o ni se atrevió adentrarse a suponer lo que podían ser los ojos – pero ojo, que no somos psicólogos ni psicoanalistas.
Y aún así sigue algo habiendo ahí, metido en nuestras cabezas que nos indican que yo al verte a ti, tú, carapan, tontolava, pedazo de perro, (sonríe) sé que tu eres una buena persona y lo sé (pone su mano sobre su hombro). Y no sé decírtelo como lo sé, yo te diría que hay cosas que la ciencia sabe que yo no sé y hay cosas que yo sé que la ciencia no sabe, cosa que parece de idiotas si lo piensas bien, sin la ciencia no sabría que Plutón existe y el plutonio es un elemento pero sin mí la ciencia no sabe que eres de fiar o que ésta rubia de ahí tiene unas pintas de guarra que te pisas el cordón del zapato y te comes el techo cuatro veces y sin exagerar ¡pero macho mírala! (sonríe) Pero hombre, me estás hablando de ojos y de almas y no tienes ni la decencia de mirarle algo más que la minifalda a esta chica – pero es que es muy corta Ramón- por muy corta no le da decencia a tu discurso, y además sus ojos dicen que tampoco es tan tonta pero que está triste y que no sabe como ponerse, ahí, dentro de su cabeza (pensativos).
Quizás como la ciencia y los ojos, ¿tu qué dirías? ¿que lo deducimos de cosas que están pero que no vemos? Pero a eso Ramón tampoco sabía contestarle con palabras claras y justas, que tuvieran sentido y consistencia tal para que su boca diga más de lo que pueden decir sus ojos.

Tal vez sea así (dijo la rubia).