dimanche 14 juin 2015

Hasta que la melodía lo día


Aún queda por llegar ese día,
en el que se estanque el sol en un rincón del dibujo
 y que la luna me espere en el reflejo del mar.

El buen día será la tarde y con nuestros ojos
llevaremos el café y el cigarro,
las conversaciones sobre ruidos y grietas
a un cabaret o una plaza mayor.

Quiero decirte que tienes razón,
que la tienes y que por fin
paremos de bailar sin tocarnos,
que ya era hora que viniese a sentarme contigo,
aunque no estés cuando te llame

Quiero reírme en sobremesas españolas contigo
y disfrutar del oro de pimientos en vinagre
toquetear el ruido de los pasos, todos los pasos
que están al llegar, a movernos

Pero aún te temo como un monstruo bajo la cama
aún me escondo debajo de la manta abrazando almohadas
y asomándome por la ventana, esperando a que no venga nadie.
Aún me miro las manos como si fueran farolas de un coche
y eso, eso me hace escribirte.

jeudi 4 juin 2015

- Carta a las palabras 3 -

Los huesos se funden en un metal ambiente de ceremonias de entierro, donde hay lagrimas y suspiros de un fantasma pasado.. Y decir que te escribo esto después de que ya haya pasado el humo sobre mi cabeza, aún sin entender si esto era una canción, una aclaración o tal vez una iluminación, sobre - y te lo voy a decir- la parsimonia expresión de mi cara ante el frío del metal del entierro . No sé si me entiendes, palabra, que en mi ha pasado la vida de un señor aguantando un lugar y un tiempo desde que el pelo se le crispó, como la cara. Se sentía viejo, el pensamiento decaído y las lecciones aprendidas, ya usadas de haberse torcido el tobillo demasiadas veces al darse la vuelta hacia otro que no era él. Ya vuelve la lluvia al rugor del paisaje que te pinto. Olía a hoja fresca y el detalle se percibía en la coma como la memoria que ya no aguantaba más que puntos factuales donde un día acabó y así otro empezó. Más decir que el viejo recordaba tiempos de un joven galán corriendo las paredes como copas de bar, que la gracia le era facil y la era no parecía de las dificiles, tocaba el acordeón con un dedo y con el otro unos versos de "la guitarra esta triste, porque no me la tocas-mela" disturbiando entonces los abecedarios y las prostitutas con su fingir estar vivo en un corredor de constante inconstancias, las teclas resbalaban por sus dedos y sus dedos asimismo eran hijos del aire. Dios, que bonita era la definición. Pero ese señor ya era un viejo y ese viejo ya estaba sentado en otros mirares donde se aguardaba el transcurrir desecho de la cafetera sobre la taza, la materia de la que estan hecha los arboles o los arboles que estan hechos de materia y algún que otro globulo eterno entre las sabanas de un desván abandonado entre el coito y el desayuno, antes de una vez más volverse a mirar y a re-constatar que el entorno seguía fiel a las palabras, mediante la aprobación de otras palabras y ainsi de suite.

 "Tu eres feliz tum tum pero haces infeliz a los otros tam tam tu eres infeliz pero haces feliz a los otros tem tem": tengo mala memoria auditiva y se me da mal reproducirte un ritmo pero de eso iba la canción que con su oportunismo sin malas intenciones me atrapó la cabeza mientras volvía a casa en coche antes de venir a verte. Creo sin causa alguna que he intentado valorizarme, para fundir mi piel con la tuya, deshonrar mis ojos por unos centimos más de cordura, vender mi alma al tiempo y quemar por un instante el fuego de las fealidades inconsecuentes que crea la noche para que se lo crea el día. El pez que se muerde la cola en el río en el que uno entra y no entra, pues es y no es. Es-o es, palabra, quise serte espejo.

jeudi 21 mai 2015

- Carta a las palabras, 2 -


Al no saber a quién escribir o como escribir, de nuevo, por reflejo de escriba, torpe escriba, caigo en vosotras, dulces dueñas de mis colores. La lata sigue fría y he invitado a mi amigo el cigarro a visitar mis pulmones, el momento de un eterno. ¿Os podríais creer que me siento enfermo? Entre vosotras ya que os enredáis  entre polisemias y ambigüedades y en vuestros viajes en grupo, de una boca a una oreja, de un papel a unos ojos: sois impertinentemente groseras (tanto como que no existe la palabra tantôt en español, dulce amiga de péndulos) con vuestras alusiones a otro mundo del referido anteriormente, ese borde del precipicio en el que todos caemos inevitablemente al leer que sus caras casi cayeron del desamparo, ¿Pero y si se hubiesen caído? ¿Y si en verdad hubiesen cayado? Sois pequeños dibujos enseñando grandes cosas y aún así la gente se obstina a insultaros o a insultar con vosotras (siempre ese pequeño precipicio de estar riéndose contigo o de ti, pero tranquilo, nos estamos riendo). No solo os enredáis, sino que os inventáis a cada acto, a cada nuevo instrumento, todo para haceros hablar un poco más. Todos queremos que habléis un poco más, en vez de tanto hablar de vosotras. Porque cosa clara, sabéis demasiado de nosotros, del pensamiento al susurro y del susurro al grito que nadie ha oído, hasta el máxime silencio tiene su sitio entre vosotras. Sois tan flexibles con la moral que poco os importa decir la verdad como decir una mentira, tan engañosas con ese tan bella como las flores de un pétalo que nunca caerá, tan dolorosas como tu si que eres más feo que mis peores sueños. Tanto se puede hacer con vuestros dibujos que hay hasta fuentes, si fuentes, para diseñar como escribiros y que ocaso que no os tengáis que mancharos nunca las manos de la sangre con la que se os escibre “Dios ha muerto” dijo Nietzsche, pero ya estáis ustedes de vuelta, vosotras, enredaderas de personajes, de tiempos y lugares(sin osar hacer referencias de cuantas lenguas habláis, si hasta el braille se hizo a través de vosotras), diciendo lo contrario en una biblia, aludiendo a que no en un periódico y olvidando lo dicho en un libro para niños. Tantas tesis se han discutido a través de vosotras que hasta vuestros primos lejanos los números están celosos, un hombre de palabra, pero antes un hombre y todo en la palabra. Pero luego es, que aguardáis la libertad que deseamos nosotros los hombre – la palabra como la idea, como la idea de ser una palabra-, ser tan polivalente y acogedora, que de un mudo a un ciego, a un feo, un asesino, a una ama de casa, por todos los rincones os paseáis, sin que se os levante odio o si, pero os da igual. Y desesperados estamos, escribiendo un diccionario por año intentando atraparos del filo del bolígrafo cuando de Gorje le sale un te cero a Melena y los números vuelven a llorar. Tan libres y aún tan incomprendidas, aunque sirváis para comprendernos: del polvo de los libros, el polvo, consecuencia del abandono y ahora echar un polvo, consecuencia de la seducción ¿Acaso nos queréis hacer entender algo o es que todo es un gran quiste? (podría mentir y decir que ese era un pequeño placer mío)  Pero inocentemente, creyéndome omnipotente, os digo que no es de conoceros que conozco el mundo y no es de oíros que entiendo los llorares y las risas (sean de mí o de ellas), no es escritor amante de las palabras, sino de lo que sueltan de ellas(y de sus paréntesis en la vida de todos los días). Y es así, como empezando diciendo que me creo enfermo y enredándome con vuestra fama de enredaderas, una vez más, que os dejo, conmigo o de mí, al borde del precipicio, para que haya algo más que vosotras, tantôt aquí, tantôt alli.
Un beso. Saludos a los números.

dimanche 19 avril 2015

Cantar de un pinche goloso


Atento,
dicen que los mitos más tristes
son los que cuentan las damas
al hablar del futuro
y los hombres al no hablar del pasado

Nunca deploréis
ô árboles silvestres de sinfonía deliciosa
la dulce miel que gotea de la sonrisa
quien no sabe por donde pillar las palabras
quizás aún esté con suerte de ser cogido
atrapado por una mirada

- Mírale picha, mira como mueve la cola
ese infinito detalle
que puede soltarte del vino y de las heses
o esa clasica miseria, la de ignorarse los dedos
y quedarse parado por una espera más que por una tarde
con el recuerdo de la miel, algún día olvidado
algún día probado. Esa tajante
voluptuosidad de la vista, jamás prevista

mardi 14 avril 2015

“On no hi ha, no hi cerquis” (donde no hay, no busques)


Las cortinas están ajustadamente cubriendo el exterior. Harán creo que catorce días que vuelvo de la caminata del Puig de Randa y aún sigo padeciendo de dolores de estomago y no duermo bien. Son noches ásperas las que tengo pues me despierto a media noche, después de haberme cruzado en mis sueños con mujeres que me ignoran y que se ignoran, mujeres con bocas de cucaracha que no quieren besarme y mujeres con un cuerpo de quita y pon que no tiene cara pero si bragas negras. Sigo sin haber visto una sonrisa pintarse en mi cara mientras me encuentro observando belleza, sigo sin sacarle provecho a la comida que me llevo a la boca, mi cuerpo sigue teniendo hambre, sigue mi ánimo sin energías. Ayer a las 2 de la tarde estaba sobre el banco delante del trabajo con un fatídico cigarro (ya no somos amigos desde los diecinueve) después de leer el periódico y antes de haber quedado para comer con Mathieu, el que trabaja en el servicio de prensa. Se acabó el cigarro y sentí como si el día ya hubiese acabado conmigo. Miré por ahí, por allá, la cabeza pensó en todo, lo que había que hacer y lo que ya estaba “olvidado” y escapé a casa a dormir y cocinar una crema de verdura con briznas de huevo duro  y sepia con pimentón. Acabé solo con la mitad de la sepia, sin crema, sin dormir y sin huevo duro, pasando mis ojos por los rincones de los periódicos que tenía rodando por mi habitación, los anuncios y los muertos. Así hasta las 3 de la mañana. A priori todo fue bien durante la caminata, acababa de comer con Nico y Julia en la Vinagrera y fui con la curiosidad de visitar el tan conocido santuario de Cura que estaba en lo alto de un monte, donde vivió Ramón Llul, un filosofo mallorquín del siglo XIII que conceptualizó el Arte, un método infalible para la conversión de los infieles basada sobre principios generales como la existencia de un Dios eterno y la del mundo físico. La caminata era larga pero bonita, cuando llegué arriba unas vistas preciosas presentando desde lo alto del pico de Randa, la isla mallorquina, que podría valerse por sí misma frente al mar. Dentro del santuario había una estatua de Llul, junto a un poema de algún admirador:
Sed orgullosos mallorquines, de tan gran alma que pasó por aquí”.
Un nombre mallorquín del siglo XIII como podría haber sido uno de los de hoy en día, ocho siglos después. “¿Y qué, tú te pensabas que las cosas cambiaban de verdad con el paso del tiempo? ja!” dijo un gato que pasaba por ahí. Y es a partir de ahí que empezó a pensar mi cabeza que podría haber sido un gato mallorquín.

mercredi 8 avril 2015


Y qué podrían decirte mis ojos al respecto de mi bondad. Pero esa no es una pregunta que Ramón sabe contestar, al menos no con palabras fijas, pues no hay ninguna formula ni ningún teorema matemático listo a demostrar las capacidades personales como también los complejos mentales que uno puede llegar a tener por la circunferencia del lóbulo, de la talla de la pupila, del color de los ojos o de los garabatos rojos que se pintan en sus extremidades. Recuerda que tampoco se sabe decir gran cosa de si tiene alguna incidencia lo de que las pestañas estén grande abiertas o cerradas. Eso dicho, no des por descontado que hay ciertos elementos que se descubren gracias a los ojos: De primeras, si duermes bien, pues unos ojos rojos no indican nada bueno, luego la talla de las pupilas cambian si estás delante de alguien que te gusta física y mentalmente – también he oído decir que a las mujeres se les ponen los labios más rojos, (carcajadas). No sin olvidar que al tomar drogas el primer índice son los ojos – menos con el alcohol, la única droga que afecta al resto del cuerpo menos al ojo, o será que nunca he visto a un borracho sobrio.. o a un sobrio borracho. Luego, vi una vez por la tele que al tener deficiencia renal tus ojos se ponen amarillos. Ah claro yo también veía Doctor House, que te crees (se ríen). Pero que sí, no queda duda que le queda mucho por descubrir a la ciencia en cuanto a lo que se refiere a los ojos, por qué se suponen que son los tan susodichos espejos del alma y aún no se ha dicho nada al respecto en los libros de química, de biología o de física. Es que ni hasta Freud, te das cuenta, el que habló de la sexualidad como un elemento importante de la personalidad del hombre pero ni se adentró o ni se atrevió adentrarse a suponer lo que podían ser los ojos – pero ojo, que no somos psicólogos ni psicoanalistas.
Y aún así sigue algo habiendo ahí, metido en nuestras cabezas que nos indican que yo al verte a ti, tú, carapan, tontolava, pedazo de perro, (sonríe) sé que tu eres una buena persona y lo sé (pone su mano sobre su hombro). Y no sé decírtelo como lo sé, yo te diría que hay cosas que la ciencia sabe que yo no sé y hay cosas que yo sé que la ciencia no sabe, cosa que parece de idiotas si lo piensas bien, sin la ciencia no sabría que Plutón existe y el plutonio es un elemento pero sin mí la ciencia no sabe que eres de fiar o que ésta rubia de ahí tiene unas pintas de guarra que te pisas el cordón del zapato y te comes el techo cuatro veces y sin exagerar ¡pero macho mírala! (sonríe) Pero hombre, me estás hablando de ojos y de almas y no tienes ni la decencia de mirarle algo más que la minifalda a esta chica – pero es que es muy corta Ramón- por muy corta no le da decencia a tu discurso, y además sus ojos dicen que tampoco es tan tonta pero que está triste y que no sabe como ponerse, ahí, dentro de su cabeza (pensativos).
Quizás como la ciencia y los ojos, ¿tu qué dirías? ¿que lo deducimos de cosas que están pero que no vemos? Pero a eso Ramón tampoco sabía contestarle con palabras claras y justas, que tuvieran sentido y consistencia tal para que su boca diga más de lo que pueden decir sus ojos.

Tal vez sea así (dijo la rubia).

lundi 30 mars 2015

Qui pro quo: una mano y su juramento


Y ahora, adentrémonos en el juego,
dulce hogar de música morada:

Una turpitudinem baja por la calle
sus ojos son turlupinos
su mirada izquierda
y nada le invoca sino la presencia

sus ventanas están cerradas
y nadie en el acto la ve
bailar como lo hace
con sus tejidos rosas fluorescentes
encandeciendo la inejecución

pero ahí mira,
se oxida la satisfacción del otro
salen lagrimas de papel
por el orificio del bolígrafo
nadie pues su victima lo grita,
si no es gorda solo él la mira

Y ahí en el ágora,
se reúnen los malditos
que, comidos por los sacrilegios
secan los polvos de los libros
una vez más,
en afán al justo ruido

Una parte lesionada,
dice la cabeza al pie
“Esta mano ha herido a la otra
con único placer, unas uñas pintadas
de un rosa fluorescente,  ( Los colores se desvanecen en nuestros lavabos  )
que encadenan flores entre sus dedos”,  ( pues solo hay uno quese rece )
El pie pega al suelo,                                (      el amaranto lienzo:     )
la mano izquierda tiembla   ( esa copita de tinto, sobre un colchón aguado )
como siempre tiembla la historia
cuando el hambre se come un trozo
de nuestro sumo respetado pastel

La gangrena se llevó al brazo ;
La maldad entera te corrompe

ya no baja nadie por la calle
no hay mirada ni colores,
solo una sonrisa   sentenciada
al regalar una manzana
a quién solo vive de sespe espera da

lundi 2 mars 2015

Fuego de la caverna


Yo soy (siento)
que de andaluz tengo el sol
que corre
de las venas
a la sonrisa
a la voz a la boca,

hijo
de ancestros
de heroes de hombres
de guerras y de días
de palabras agarradas
y olvidos felices

soy tierra del aire que no siente
y mar que no duerme
de lagrimas en gritos
de hurracanes sentidos

soy silencio entre las palabras
los ojos que veo
como los que nunca existieron
soy la nada y me late el todo

Soy Platón contado por Homero
Antigona muriendo por Heraclito
Jesús sacrificandose por Cesar
Soy Jeanne d'Arc
quemando por Maquiavelo
La revolución francesa por el Tsar
Lenin matando por Marie-Antoinette.

Nietchze el poeta,
Freud el melancolico
y Marx el iluminado


Soy la simpleza de un cadaver
la ignorancia del presente
la esperanza del futuro
la sabiduria del pasado

Shoy el tiempo, el lugar
un recuerdo

dimanche 22 février 2015

Burla de un nomismo

Si esque 
mirad al señorito
más tirado que el sofá 
y más encadenado
que un pozo a su profundidad 
con su lógica, 
sus bases
y sus limites
tan pegado a él mismo
como el chicle al zapato 

Ahí lo ven criticandole 
al día-día por no haberle esperado 
Ahí, otra vez 
riendose de ustedes 
porque él tiene Larazón 
Allá le insulta a la camarera 
por no traerle lo que le pidió 
desde el principi(t)o 
Un poema fue convertido
en prosa de mono
por sé-ntido común

Que bello no es 
ser ese tipo que 
(to)dos odian, 
malo de la pelicula 
monstruo de cuento 
y si abro el espejo 
lo reencuentro 

Y ahora
lo que era de fuera
se graba a dentro 
como del ojo a la oliva 
el mundo se convierte
en un alimento


Tricoteo

A veces
me parece
que te insulto al no hablar de ti
cuando por lo contrario
decir algo de ti, de nosotros
sonaría como el discurso
de un Donjuan a su amada,
una farsa teatral
para demostrar que debajo del telón
los hombres también
somos mujeres

Sobre todo sé
que te confundo
con la palabra amor
como el parecer
de una palabra con la otra
como si fuese un guiño de filosofo

Que bien seas una
y mujeres por la calle con pintalabios
miles que te sonríen
con su lápiz de ojos 
y su aventura
detrás de la puerta de un café.
En cuestión de sueños 
te soy más infiel
que de una canción a otra

Pero tu estás,
resonando como tu nombre
detrás de la puerta de mi casa
y aún si no estuvieses
te iría a buscar
y aún si nunca hubieses venido
estás, sin hablar de ti.

samedi 17 janvier 2015

Je suis mort

Suena el despertador de un silencio de paredes. Como el perro que tose y la dueña que duerme solo con un ojo mantengo la vigilia de los paisajes y sonidos que atracan ante mi. Los barcos flotan sobre un agua incierta y el marinero solo puede esperar que ella sea gentil con él. Desdeña las leyes de la gravedad y los rugosos papeles que atestan de sus meritos contra viento y marea, confía en la desconfianza de que el horizonte infinito del mar ante sus ojos no está hecho del mismo roble que el que le rodea y le hace. Y que al mismo tiempo si, y que a distinto tiempo no, porque el mar aquí, jadeante y sensible al viento que sacude tanto la arena, y él ahí sin palabras ni objeciones. Y luego ocurre, ocurre que hay un conflicto en el mar y los vientos de adentro se levantan, aunque los de afuera se hayan levantado desde hace tiempo. Se encienden velas, se levantan bolígrafos y caen lágrimas sobre el barco, que ni las olas ostentan inundar con un peligro tan incierto como las lágrimas que caen al llover.
¡Y qué lágrimas! Sino las de un marinero que naufraga aún con su vela y su brújula ¿Y qué lágrimas? Sino las que salen de ojos que no se aguantan ni con cuerdas ni pañuelos. Y que lágrimas, sino un llorar dulce y melancólico entre un gracias y un adiós. Se cuentan las perdidas a cuenta gotas. A cada caída la lisa realdad que no atestan los papeles, que no atestan las leyes de la gravedad ni el horizonte tan fino y recto. El terror encoge y la vela se tensa contra el viento, los brazos tratan de aguantar lo que pueden, pero los recuerdos caen como pedazos de un pastel derretido. Usted ya no es un marinero, usted ya no pertenece a ese estribo que le aguanta sobre el suelo, ya no grita con su propia voz ni escribe sus propias palabras, ya ni siquiera son sus manos la que le da de comer por la mañana. Usted ya está metido en un cuadro para quién mire y no esté viviendo el salpicado de las olas. Usted ya está de camino a la primera portada de un periódico, de un libro de historia, un chiste de que van dos personas por la calle y cae el mar encima de la del medio. Esto el mar y esto el barco, la fina pero no tan fina línea que les separa es usted, aguantando las cuerdas y apretando los dientes para que no caiga la vela como el pastel y los recuerdos. Freud, Marx, Nietzsche y cada generación criticando la anterior más la que aún está por criticar tenía razón, hay estragos y defectos, un sucio y rugoso papel escondido entre los libros que nadie ha leído, una condición que queda por cumplirse y siempre se deja de lado, de no poder mirarse  los ojos de frente. El tic-tac y el sistema de geolocalización decían cierto, hay un lugar, un tiempo ocurriendo ahora mismo y se va yendo como el pastel. Ya más que nunca, usted, entre mar y cielo, aguantándose el no-aguantarse el miedo y la fricción de la mandíbula añora la filosofía, la poesía y el piano que se quedó en tierra de campesinos, sentado en una silla, no… Usted está levantado, a la vista de toda gaviota, a la vista de todo el rigor que el viento da contra la piel y el mar y hace frío, un frío que ni da de que pensar si los peces lo sienten también, tiene y no tiene hambre del bocadillo de las once que no le llenó, ni hay que preguntarse si quedan energías suficientes desde la tabla de la sanidad absoluta, ni queda lo suficiente para saber si ha dormido bastante, amado bastante, dado las gracias bastante, dicho, dicho lo que había que decir cuando el tiempo y el lugar no… Ahora es el lugar. Tiene miedo y tiene, o más bien le queda, solo cuerdas donde aguantar, pero esas no son sus cuerdas y esas no son sus manos, su cabeza se quedó donde el campesino o en ese momento justo antes del, no, ya no existe ya no está y es una desidia el estar tensado como cuerda y vela y jadear tanto como las olas y tener tanto frío como el viento que ahí mismo pega, que esté latiendo el corazón, la consciencia en circunstancias tan circunstantes que cortan como cuchillas de afeitar.
De ahí hasta que las venas lo consientan, se seguirá rascando las paredes como un endemoniado ignorante, como quien no entiende la dureza del ladrillo. El arte y la rebelión vivirá. Por suerte alguna, alguna queda sí, usted es el mar, gran alivio, pero también es el marinero y por desgracia, también a quién se le ha obligado mirar la escena. El león, el niño y la madre, que mira la atrocidad que hacen sus hijos solo por hambre, solo por eso. Usted es, tanto el terrorista, como la victima, como el que lee la noticia. No se deje llevar por la marea no, no deje que atraque tiempo y lugar delante de su puerta, no deje que esto acabe en los periódicos, en un libro de historia o en un chiste. No deje. No deje que os defina las palabras sin tan siquiera haberlas gritado.
La consciencia es ese barco sobre el mar de la inconsciencia
(o la realidad)